Los protagonistas de esta historia son Raymond, un padre viudo y maduro que se entrega continuamente a conquistas amorosas, y Cécile, su hija adolescente de 17 años que empieza a vivir el despertar sexual. Ambos son seres frívolos y egoístas que se profesan un mutuo respeto y complicidad en su costumbre común de seducir a los demás. Como todos los años, van a pasar juntos el verano: esta vez a un chalet alquilado en la costa sur de Francia. Allí se entregan a la vida despreocupada y alegre hasta que, cierto día, se presenta como invitada Anne Larsen, una mujer seria, disciplinada y culta, amiga de la difunta esposa de Raymond. Desde su llegada, Cécile presiente una amenaza que le estropeará las vacaciones y su incipiente relación amorosa con Philippe. Los temores se hacen verdaderos cuando su padre le comunica su intención de casarse con Anne, quien, desde ese preciso instante, introducirá un adoctrinamiento muy severo en la disipada existencia de estos dos personajes. Como venganza por su intromisión en las relaciones entre padre e hija, Anne se ve sometida a las perversas maquinaciones de Cécile, que tiene el propósito de poner punto final a los planes de boda de Raymond y de restablecer el desorden moral propio de su habitual vida bohemia. La joven manipula a su padre para que reanude su romance con una de sus antiguas amantes. Desgraciadamente, su esfuerzo tiene trágicas consecuencias: en un arrebato de ira y humillación ante la laxitud moral de Raymond, Anne huye del chalet en su coche y sufre un accidente mortal en una curva de carretera. El desalentador resultado provocará remordimientos en Cécile, despertándole un sentimiento que jamás había experimentado: la tristeza. Será el precio que su conciencia tendrá que pagar por todos esos años de frenesí vitalista e irresponsable.